lunes, 3 de septiembre de 2007

A la saga de los sueños...

( Foto: Norberto Aige Marinelli)

“Me despojo de los sueños de anoche,
el mito, el cómo, el cuándo,
lo ideal no sabe si la culpa se duplica
ni remeda los actos, se ordena y
aburre de tener lo que se alcanza.
Preciso, sutil, minucioso,
me despojo de los sueños de anoche,
combinar, saber hacerlo,
extraigo una imagen significativa,
ella frente a mi, sentada
y yo dentro del cerebro,
neuróticos, hipocondríacos, enfermos,
los habitantes de la mente,
destructivos a la saga.
Toco que amo y siento que miro
con fortaleza asombrosa,
a mi lado no es importante,
no corre riesgo el espíritu señalado,
de integrarse y salvar lo ridículo
por norma, al cuerpo como algo vivo,
no mecánico, del me quedo,
del me quiero y no quiero.
Hay otros muchos tendidos,
entre el cielo y la obra,
génesis del genio abordado
y lo ridículo es ver con mirada
maligna como desentrañar la metáfora”.
“Ningún imperio es benigno,
incluso, el de los sentidos
y de lo colosal de tu sueño
en mi sueño”.

Norberto Aige Marinelli

La sospecha...


"Su
cuerpo
es
una dato que conocí,
retrato
que
todo lo devora.

La
mirada
una
sospecha romántica,
esa
cosa con apariencia de sí
misma.

El
mundo,
verlo
como lo que parece,
un
modo de aferrar lo que uno
cree.

Mi
anhelo;
saber
al dar la espalda,
que
el amor
es aquello que no
está.


Norberto Aige Marinelli

Te pienso con la mano...


"De ti
me sucede lo que se aleja
y veo la flama de cerca.

Es pintar
y corregir confeso
la obra que acecho.

Es escribir
la imagen, lo no visible a los ojos,
y levanto la falda como obra de arte.

Sentencio
mi función de artista y poeta.
La cosa mental va con la mano.

Y te dibujo
en mil palabras
pero los signos no tienen precio.

Te versa
la pintura, me pinto tus miradas,
y en lo imperfecto
por amor me conmuevo”.


Norberto Aige Marinelli

Mayeuticus...




(a ti…)

¿Puedes ver un cielo a medianoche,
la telaraña de mi mano desnuda,
el sol quieto de mis ojos
en tu belleza que devora memorias?

¿Puedes oír mi voz amante
en tu oído capturado,
las formas suaves que disimula tu ropa
y el eclipse narcótico
al caer de tus párpados?

“¡Quién creería que las Venus griegas
eran capaces de perder la cabeza!”

Norberto Aige Marinelli

De tocar tu boca...



(Homenaje a Cortázar)

(A las mujeres que nunca amaré)

“La mano que elige tu boca, la que dibuja tu cara. Un dedo toca tu boca. Toca tu boca entreabierta y hago nacer la boca que deseo. Deseo que sale de mi boca y con mi mano en tu cara, ella sonríe. Es la mano que dibuja tu boca.
Un aire pesado entra. Hay una lucha tibia en tu boca. Es el viejo perfume que demanda. Mi lengua que va, es la tuya que viene. Hay un dulce dolor, un aliento oscuro que se pierde en un mar de aguas que tiembla. Hay un mar de tu pelo donde se hunden mis manos. Un suspiro reclama de tu pecho.
El escote se abre de fruta madura y todo lo debo a tu boca. Al deseo de mi mano de dibujarte en la cama, con los bordes de mi boca.”

Norberto Aige Marinelli

A cuerpo y sangre (la mañana del día siguiente)



Si no tengo 100 mañanas
te desvisto / me destallo/ y desueño/
entrego lo que no sé de mi vida,
te desdoro/ me desmuerdo / y disloco/
y por calar hondos secretos,
te despierdo / me despojo / y deslabio /
el cuerpo se resquebraja,
te desuno / me desmarco / y desoigo/
en contacto delicado su lenguaje,
te desurpo / me desleo / y desoloro
de sumar y multiplicar heridas,
te deshojo / me desjunto / y descomprendo /
por no saber si tengo 100 mañanas,
te desflujo / me desmonto/ y despaveso/
voy con tu sangre sabiéndola mía.”
y te despolvo/ “

Norberto Aige Marinelli

El marfíl de danza



"Pulsar de vida,
influye romántica
permeable al cambio.

Se destoca, estalla, se abre.

Su cuerpo
es un lenguaje disciplinado
y resta vocablos,
interpreta un mundo conocido.

Venial, puede elegir
incorpórea a lo visible,
se mezcla, desproporciona, reverencia.

Hembra que no vacila,
al jardín secreto
como escenario,
de marfil bien desnuda
valiosa toca
y deja afuera
el cuerpo que danza.

En forma pura, rojo Escorpio
no necesita de palabras,
exenta y en retirada,
es misterio sin decreto.

Ideal y lúdica,
mi
presea.

Norberto Aige Marinelli